Nos despertamos, afrontando un nuevo día. Un día, en el cual miramos de que sea mucho mejor que el anterior que hemos dejado en nuestro pasado, un día, en el cual, tenemos la esperanza de poder ir hacia adelante, sin mirar atrás, dejando en nuestros recuerdos todos esos momentos en los cuales nos han echo caer en la desilusión, en el pensamiento de la equivocación y el sentirnos defraudados por las actuaciones de aquellos que tenemos en nuestro alrededor, unos pensamiento o actuaciones, los cuales esas personas que te lo han echo creer , no son los culpables, ya que no te han pedido ni solicitado nada, sino que eres tu, quien bajo tu libre albedrío se lo has concedido. Entonces por que se sientes tan defraudado?, das esperando algo?, o simplemente das por que te sale de dentro de ti, si es esto ultimo lo que realmente piensas o dices, no te ha de sentar mal, las acciones, reacciones o actuaciones que te hagan, sino simplemente admitirlas y a partir de ahí aprender, aprender a no volver a caer en aquello que tanto daño o rabia te hace, a pedirles perdón, por todo aquello, que te recome por dentro, ya que gracias a ellos, ahora ya sabes lo que no debes hacer ni donde debes caer, pues todo esta bien.

Por lo tanto, hemos de despertarnos a diario, dando las gracias por el nuevo día que se nos ofrece, para poder corregir todos nuestros fallo, y equivocaciones que cometemos continuamente, y no culpabilicemos a los demás de todo aquello que no nos hace, puesto que no lo piden, solamente, y la mayoría de veces, se creen que tu tienes la obligación de dárselos, puesto que los has acostumbrado a ello.

Pongamonos en nuestro sitio, reflexionemos, y seamos coherentes con nosotros mismos, respetándonos para que nos respeten, queriéndonos para que nos quieran, para poder así llegar a la verdadera felicidad y bienestar que tanto deseamos.